San Francisco Telixtlahuaca contra el alcalde mayor
El archivo histórico de San Francisco Telixtlahuaca está constituido por 43 cajas, es mucho más pequeño en comparación con el material más reciente del archivo de concentración, resguardado en 117 cajas. Sin embargo, el primero tiene documentos que datan de finales del siglo XVII y que dan cuenta de la historia más antigua de la localidad.
Después de la conquista se instalaron nuevas jurisdicciones que dependían de las encomiendas otorgadas a los conquistadores. A pesar de la cercanía con el marquesado del valle de Oaxaca concedido a Hernán Cortés, Huajolotitlán (Huitzo) como antiguo centro de poder regional –junto con sus pueblos sujetos, entre los que se encontraba San Francisco Telixtlahuaca– quedó dentro de la jurisdicción de la Corona. En este contexto, el archivo municipal conserva varios testimonios de las constantes quejas por los abusos de las autoridades peninsulares que se instalaron en la cabecera.
Dentro de esta documentación destaca un expediente de 1762 en el que se relatan los abusos cometidos por el alcalde mayor, don Fernando Lozada y Novoa. Al parecer, el funcionario despojó de sus empleos al alcalde, los regidores y al escribano de Telixtlahuaca, y nombró arbitrariamente a otros individuos sin el consentimiento del común. La decisión de estos cambios fue consecuencia del accidente de un niño por la embriaguez de sus padres. Las autoridades locales consideraron el hecho como “involuntario”, por lo que no pusieron preso al padre, ni le dieron azotes, ni informaron al alcalde mayor. Cuando don Fernando Lozada se enteró, los puso en la cárcel “con gravísimas prisiones y despojados de sus empleos”, de hecho, “le dio tales bofetadas [al alcalde], y golpes, que perdiendo casi el sentido, estuvo unos cuantos días sordo, e insensato”.
Desde el inicio de su nombramiento, Lozada cometió muchos otros excesos. Los naturales se quejaban porque no quería darles audiencia, les pidió monedas, mozos, morillos, horcones y mecates para la construcción de supuestas nuevas casas reales, a las que solo realizó pequeñas modificaciones; en cambio, hizo una habitación a su mujer y apresó a los regidores y al escribano porque no le dieron pronto la cantidad que exigía; además, se llevó dos bestias de carga, una de silla y dos mozos cuando hizo un viaje a Teutitlan; les exigió molenderas –que debían permanecer en la cabecera durante cuatro meses–, hizo varias visitas al año en lugar de una, lo que ocasionó gastos por intérprete, criados, etcétera; estableció contribuciones por la cosecha y venta del pulque, así como cobros por las licencias de sus fiestas; su escribiente, Alexo Joseph de San Germán, les infería perjuicios y les cobraba por cada cabeza de toro, vaca o becerro que mataban… El expediente enlista siete agravios que fueron presentados por el licenciado Antonio Zeron ante la Real Audiencia. Al final, el asunto se resolvió con una multa al alcalde mayor y el destierro del escribiente de esta jurisdicción.
Algunos documentos de la Sección Justicia muestran arbitrariedades como la anterior, cometidas por las autoridades españolas, pero también hay pruebas de los recursos legales empleados por los indios para defenderse ante la Real Audiencia de México, que fungía como el máximo órgano de apelación en la Nueva España, lo que seguro originó represalias a los naturales, pero no impidió que volvieran a denunciar una y otra vez. Existen testimonios anteriores contra los alcaldes mayores Juan Miguel de Mayoral, en 1712, Domingo Gortari, en 1717, y Juan Pizarro Mayoral y su teniente, don Joseph Lopez, en 1727. A pesar de sus juramentos de obediencia a las disposiciones judiciales con el respeto y debido acatamiento.
En realidad, existen muchos documentos notables en el archivo municipal de San Francisco Telixtlahuaca. La mayor parte aún está en espera de ser consultada para elaborar una historia más completa de esta población que, a pesar de estar tan cerca de la capital del estado, ha recibido poca atención por parte de los investigadores.