El traje de tehuana en San Pablo
Sin duda, una de las expresiones artísticas más llamativas durante las celebraciones de la Guelaguetza es el traje del Istmo de Tehuantepec. Los trazos ordenados y los motivos florales y coloridos sobre el terciopelo negro del traje de esta región, son expresión de la identidad cultural, forjada en la tradición zapoteca y adaptada a los cambios sociales y económicos en la zona durante el siglo XIX. Francie Chassen ha señalado en su obra más reciente Mujer y poder en el siglo XIX (Turner, 2020), los elementos anteriores son producto de un mestizaje indígena con la modernidad:
Ningún otro traje indígena mexicano recibió esa gran influencia victoriana de grandes faldas, ni usó tantos textiles y ni adornos importados. Por otro lado, esta combinación de elementos revela una creatividad en el telar y un sentido de moda único en un grupo indígena. Tal vez el huipil […] es un símbolo idóneo del genio y adaptabilidad de la sociedad istmeña.
De acuerdo con la tradición, el traje está adornado con flores bordadas en rojo y amarillo que, junto con el blanco y el negro, han sido colores muy populares entre las personas del Istmo. No es claro cuándo surgió esta moda, sin embargo, los motivos florales habían llegado a México con la famosa Nao de China “que llegaba a Acapulco y traía textiles y adornos de Oriente”.
Ya en el Istmo, las flores de gusto europeo fueron sustituidas por las flores nativas de guieshuba y alcatraces. Por otro lado, Chassen señala que la instrucción sobre la máquina de coser Singer, a finales de siglo XIX en Tehuantepec, “proporcionó una novedosa fuente de inspiración para las istmeñas, con la que desarrollaron complejas decoraciones geométricas”.
Este traje, festivo y elegante, ha servido de inspiración a Salime Harp y al equipo de Studio Xaquixe para montar una instalación monumental en el atrio del Centro Cultural San Pablo. De esta manera, los artistas buscan intervenir el espacio para presentar su visión del traje istmeño a partir de un diseño floral hecho con la técnica de vidrio soplado. Salime ha retomado los elementos ornamentales de la tradición del traje para sintetizarlos en una serie de figuras y patrones que exhiben el esplendor del traje de la tehuana como homenaje a la identidad regional y nacional.