Boletín FAHHO Digital No. 4 (Mar-Abr 2021)

Proyecto de la primera universidad en Oaxaca

Selene García Jiménez

En 2001, la familia de Jorge Fernando Iturribarría donó a la Biblioteca Francisco de Burgoa la colección de este político, académico y escritor oaxaqueño que vivió de 1902 a 1981. En enero de 2020, el equipo de la Biblioteca Burgoa, encabezado por la maestra Elvia Acosta, del Departamento bibliográfico y de atención a usuarios, inició la catalogación del Fondo Iturribarría, conformado por alrededor de 2,609 ejemplares.

Conforme ha avanzado el proceso catalográfico de este enorme acervo se han descubierto materiales muy llamativos. Uno de ellos es Sobre la erección de universidad de Oaxaca, libro de Jacobo Dalevuelta, publicado en 1934. Cabe señalar que Dalevuelta era el seudónimo utilizado por el periodista oaxaqueño Fernando Ramírez de Aguilar, quien había estudiado en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. Radicado en la Ciudad de México, Ramírez de Aguilar publicó en varios diarios, entre ellos El Universal, del que fue jefe de información; además, fue corresponsal de guerra durante la revolución. Interesado por la historia, Dalevuelta publicó, entre otros, Oaxaca: de sus historias y sus leyendas, La odisea de los restos de nuestros libertadores y Nicolás Romero: un año de su vida.

En su obra, Ramírez narra que, en el siglo XVIII, más específicamente en 1746, el originario de Burgos, España, Felipe Gómez de Angulo, quien desde 1745 era obispo de Antequera del Valle de Oaxaca, pretendió crear la primera universidad de la diócesis, pues, hasta ese momento, la única institución de estudios superiores en la urbe sureña era el Seminario de la Santa Cruz. Sin embargo, el proyecto se vio frustrado por la falta de apoyo del rector de la Real y Pontificia Universidad de México, quien consideró que una nueva universidad disminuiría la matrícula de la universidad que él representaba.

Ahora bien, el libro de Ramírez nos remite a otro fondo de la Biblioteca Burgoa, se trata de la Colección Biblioteca Estudiantil, inaugurada en 1941, y que recibió el nombre del obispo Felipe Gómez de Angulo. Sin duda, se trataba de un homenaje al obispo Gómez de Angulo, pero también de una forma de manifestar que seguía vivo el anhelo por contar con una universidad en Oaxaca. Dicha empresa no se logró sino hasta 1955, cuando el Instituto de Ciencias y Artes del estado de Oaxaca fue convertido en la Universidad “Benito Juárez” de Oaxaca.

Es de notar que los libros de la Colección Estudiantil Felipe Gómez de Angulo para estudiantes fueron sellados para su adecuada identificación. Para ello no se eligió solo el nombre del obispo, sino que se escogió el escudo de armas del prelado Gómez de Angulo, conformado por cuatro cuarteles en los que se distinguen torres, un árbol y un león. ¿Quién decidió utilizar el escudo? No lo sabemos, pero es evidente que conocía la imagen heráldica del obispo. No es improbable que conociera el retrato de Angulo que se conserva en la catedral de Oaxaca, lienzo en el que también aparecen las armas del mitrado antequerano o el propio escudo que a pesar de los años se conserva en la biblioteca central de la Facultad de Derecho, edificio que se localiza en la actual calle de Independencia.

Así, el trabajo de catalogación nos permite no solo conocer una colección, sino comprenderla mejor e incluso establecer vínculos entre los diversos fondos. Finalmente, también nos ofrece la posibilidad de descubrir publicaciones poco conocidas, como esta de Jacobo Dalevuelta.


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