El eco del acervo
Y cada mañana, aquel conjunto de obras reposa ahí mientras trabajas, te habla, más el murmullo del público que está en las salas y la risa de las niñas y los niños que recorren el espacio emocionados porque enviarán una carta en un antiguo buzón, te contagia y distrae tu atención, justo en ese instante silencioso cuando comenzabas a percibir aquel eco o quizá el canto de las primaveras que posan en las ramas de un viejo árbol del jardín cautivó tus sentidos y en su búsqueda, miraste a otro lado olvidando aquel estante que extraña el vaivén de las piezas que se alistan para la exposición. Ha pasado ya un largo tiempo desde que las enormes hojas de cedro se unieron para aislar un mundo. Adentro, entre los gruesos muros de cantera y adobe, el eco de aquellas piezas trasciende, más allá de los tiempos sombríos y agitados, preservándose para siempre…
A casi un año del cierre de los espacios culturales de la FAHHO, derivado por el periodo de confinamiento por la pandemia de COVID-19, también quedó pausado el contacto con los distintos públicos en los museos y con los usuarios asiduos de las bibliotecas. El ritmo de trabajo cambió, de la modalidad presencial al home office, y muchas actividades se han vuelto a la virtualidad. Sin embargo, en esta complejidad, no todas las tareas se vieron afectadas por estos cambios, el Mufi ha continuado con el desarrollo de sus colecciones.
Esta pausa ha permitido retomar procesos que, muchas veces, por el dinamismo propio del museo se realizaban a un tiempo pausado e incluso se tornaban interminables, por ejemplo, la clasificación de estampillas postales y la constante actualización de inventarios.
Para desarrollar estos procesos en el acervo del Mufi y en la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío, desde el mes de noviembre se generó un proyecto colaborativo con dos filiales: el Museo Infantil de Oaxaca y la BS Biblioteca Infantil y Juvenil de Oaxaca.
En el área del acervo se ha contado con la colaboración de cuatro integrantes del MIO y se les otorgó una colección por país, Estados Unidos, Francia y Hungría para clasificar y actualizar el inventario. En los últimos tres meses, el avance en dicha clasificación ha sido considerable, ya que se trata de los países con mayor cantidad de piezas filatélicas con que se cuenta. Por poner un ejemplo, en la colección de Estados Unidos se cuenta con material filatélico muy variado, como son timbres, planillas, sobres de primer día de emisión, hojillas filatélicas, booklets, álbumes temáticos, tarjetas postales y folletos. En este proyecto solo se desarrolla la clasificación de estampillas postales según el año en que fueron emitidos: la cantidad estimada es de 15,000 piezas. En la colección de Malasia, por tratarse de una colección con menos de mil piezas filatélicas, ya se ha concluido con la clasificación de estampillas.
Generar un inventario de timbres sería sencillo si solo se tratara de contar piezas, sin embargo, para generar un inventario es indispensable la clasificación, un proceso que implica, ante todo, observación y paciencia, mucha paciencia.
Para los colaboradores del MIO uno de los aprendizajes obtenidos ha sido el conocer una forma distinta de organizar las colecciones al contar con un catálogo que permita consultar la información de cada uno de los timbres, sus variedades de perforación, color, papel (grueso, delgado, cuadrillé), marca de agua y valor actual, si se trata de un timbre nuevo o usado. Es asombroso cuando descubren un motivo en un timbre que es de su interés y lo comentan entre ellos. Es importante mencionar que el personal del MIO dedica el mayor tiempo posible a esta tarea específica y que también participa en talleres que benefician a los distintos quehaceres que desempeñan en su recinto y actividades encaminadas al área educativa, en conjunto con colegas de las demás filiales de la FAHHO.
A la Biblioteca José Lorenzo Cossío y Cosío se integraron dos colaboradores de la BS para realizar el inventario de la Colección Mufi y parte de la clasificación de los materiales correspondientes al Fondo Cossío. Algo que les resultó interesante fue conocer los diferentes materiales que conforman la colección, como los catálogos especializados de timbres postales, catálogos de subastas y exposiciones filatélicas internacionales, los folletos de clubes y asociaciones de coleccionismo y la literatura filatélica. Lo más sorprendente para ellos ha sido encontrar un documento en un catálogo de una importante casa de subastas de timbres postales publicado en 1975. En la correspondencia destinada a la señora Gabucio, viuda de Cossío, cuyo remitente es un coleccionista experto en subastas, se lee un pésame tardío por el fallecimiento del filatelista José Lorenzo Cossío y Cosío, un amplio conocedor de los timbres postales mexicanos, y quien se distinguía por las famosas colecciones que había logrado. Antes de las líneas de despedida, el remitente pone a disposición el servicio de subasta filatélica, claro, con el debido respeto, comentando que quizá no es un buen momento, pero que en caso de que tuviera a bien, ella o sus hijos, ofrecerla, él está a sus órdenes. Se despide no sin antes mencionar que ha adjuntado el catálogo para la próxima subasta, un ejemplo del anuncio que aparecerá en los diarios y reitera que están a sus órdenes para el servicio de subasta filatélica.
Un reto para los compañeros de la BS fue identificar los materiales para su clasificación y traducir algunas palabras, del alemán o del francés, para registrar la información en los campos correspondientes. Sin embargo, el interés y la disposición de aprender por parte de quienes participan han sido vitales para cumplir los objetivos establecidos de este proyecto.
Por parte del equipo del Museo de Filatelia resulta satisfactorio compartir el cúmulo de conocimientos que implica el coleccionismo filatélico, así como la experiencia adquirida en la preservación de un acervo tan peculiar. Los integrantes de ambas sedes hermanas sin duda conforman un gran equipo de trabajo.