Boletín FAHHO Digital No. 39 (Jun 2024)

Mis amigos de la milpa

Helena Ramírez, 8 años
Fotografías: Acervo del Museo Infantil de Oaxaca

Anoche soñamos con Teocintle es la historia de unos amigos que viven en una tiendita y que quieren conocer cuál es su verdadero origen. Este libro me recuerda a la leyenda nativa americana de las tres hermanas, con los mismos personajes, pero con una historia totalmente distinta y muy aventurera. Mi personaje favorito de todo el libro es Mili Calabaza, me gusta que siempre es muy tranquila y sonriente… y le gusta cantar como a mí.

Tengo muchas partes favoritas del cuento, una de ellas ocurre después de toda la aventura por la Milpa, cuando Mili entona su nueva canción que va así: “Surco, semilla, maizal…”, yo creo que la canción significa que los tres amigos ya saben su origen y quieren apropiar su origen como plantas, no solo como objetos que vienen de un costal.

Hay un personaje muy misterioso, el Chile de Agua, que solo aparece una vez en toda la historia y cuenta cosas muy interesantes, como la de Quetzalcoatl convirtiéndose en hormiga para darnos el maíz a los humanos. Chile de Agua tiene una personalidad misteriosa, como de un sabio (aunque tiene dientes de conejo) y su historia también tiene mucho misterio: ¿Por qué la escoba de don Tele, el señor de la tiendita, nunca lo pudo recoger cuando se cayó de su huacal? ¿La escoba no barre bien o don Tele no ve bien?

Por otra parte, aunque no hay muchos animales en el cuento, las hormigas son muy importantes y es genial porque son de mis insectos favoritos. Me gustan porque son muy fuertes y pueden cargar muchas veces su peso, aunque son diminutas. Me parece interesante que se apoyan mucho trabajando en equipo, pueden excavar muy profundo en el suelo y tienen muchos más colores además del negro.

Aprendí muchas cosas nuevas con esta historia. No sabía que existía el teocintle ni que era el antepasado del maíz, o que los humanos habían modificado el maíz para poder comérselo. Tampoco sabía que se podían hacer muñecas con las hojas de totomoxtle.

Pero también hay cosas del libro que sí conocía, como a Quetzalcoatl, que es la serpiente emplumada, yo la conocía porque mis papás me contaron que en una parte de México hay un efecto en una pirámide prehispánica, donde Quetzalcoatl (que también lo conocen como Kukulkán) parece que baja de un templo. Pero es solo un efecto de sombras. Lo que no sabía es que hay una leyenda que cuenta que él fue quien nos regaló el maíz a los humanos.

El libro dice que Teocintle es el antepasado del maíz y su historia comienza cuando los antiguos humanos descubrieron que él podía alimentar a sus familias; luego, de todos los teocintles eligieron algunos pocos para modificarlos y que se convirtieran en el maíz de ahora, ya que el teocintle solo tenía dos hileras de granos.

En la historia hay una niña muy aventurera que cree en sus sueños y en los de otras personas. A Nisa le gusta explorar todo sin importar ensuciarse y desgastar su ropa, lo que me parece muy bien. La verdad no importa ensuciarse, porque la ropa siempre se puede volver a lavar y remendar, pero las aventuras solo se pueden vivir una vez en la vida porque todas son irrepetibles y únicas.

Entonces, yo le diría a todas las niñas a las que les dicen que deben quedarse quietas y limpiecitas, que no hay problema con ensuciarse porque las aventuras solo se viven una vez en la vida, les diría: Ve y juega todo lo que quieras, igual si ahorita te regañan pues nadie te quita que tuviste un gran juego y una gran aventura. A sus papás les diría que es injusto porque muchas veces a los niños si les permiten moverse y ensuciarse y tener aventuras y a las niñas a veces se los prohíben. Las niñas también somos valientes, aventureras y podemos defendernos.

También les quiero contar de “Un pueblo llamado Milpa”; he ido tantas veces que ya no recuerdo cuántas. Es una exposición del MIO donde puedes encontrar un laberinto de maíz que es muy divertido. En el laberinto los niños y niñas deben encontrar maíces escondidos, ganas el juego si encuentras todos los maíces antes de que suene la alarma.

Al inicio de la exposición puedes ver canastas con muchos maíces de colores, desde los blancos, amarillos y rojos, hasta los morados y azules. Algunos tienen formas circulares, otros parecen conos. Los hay pequeños y muy grandes. Resulta ser que las hormigas son tan geniales que, al pasar entre los maizales de diferentes colores, ayudaron a dispersar los diferentes granos de maíz y así se crearon los maíces multicolor que conocemos ahora y son tan bonitos.

Luego, puedes visitar la réplica de una cueva con pinturas rupestres, que son pinturas hechas por los primeros humanos, ellos usaban como pintura frutas, bayas y a veces excremento, aunque ahora puede parecer un poco desagradable. Me contaron en el MIO que estas pinturas están basadas en una cueva real oaxaqueña.

Dentro de la exposición asistí a muuuuchos talleres sobre el maíz y la cultura oaxaqueña. Porque el maíz también tiene que ver mucho con la cultura oaxaqueña. Aprendí a preparar atole, tamales de chocolate, pozole, esquites, tortillas de maíz y el próximo sábado asistiré a otro taller para preparar tostadas y tlayudas.

En estos talleres conocí a otra niña, una amiga que solo veo allí, especialmente en los talleres de la chef Olga Cabrera, ya que nos conocimos en su taller de atole. Espero verla allí el próximo sábado para jugar de nuevo. Los talleres también sirven para hacer amigos y convivir con otros niños y niñas.

Mi taller favorito de todos fue el de atole, ya que el atole que preparamos es uno de mis favoritos. Además, pude aprender de la chef Olga Cabrera de Tierra del Sol. Para mí, la chef es lo máximo, siento que nos quiere bastante a los niños y niñas, me gusta cómo nos enseña todas sus recetas y así aprendo muchísimo.

Si me pongo a pensar, la exposición “Un pueblo llamado Milpa” tiene cosas muy parecidas al cuento Anoche soñamos con teocintle: El camino de hormigas en el suelo de la exposición parece igual al camino de hormigas que están guiando a los viajeros Elote, Mili, Frijol y Nisa. ¡Y también el laberinto de maíz del MIO! pues en la historia, los viajeros dicen que la Milpa les parece un laberinto. En el cuento también hay una parte donde se pueden ver pinturas rupestres como en el MIO, pero estas son de Quetzalcoatl, una milpa y una persona de las cavernas. El libro es genial y espero que todos puedan leerlo.

Pero especialmente quiero decirles a todos los niños, adultos y adolescentes de todas las edades: No debemos dejar que la milpa deje de existir. Todo nuestro equilibrio puede dañarse si dejamos que el maíz se vaya. Tenemos que cuidarlo bien como Nisa, que se atrevió a hacer todo el trabajo necesario para cuidar la milpa.

Sin maíz no hay calabaza ni frijol; sin la milpa tampoco tendríamos chiles. Si estas plantas dejan de crecer, los insectos que viven ahí desaparecerán, las abejas y polinizadores no tendrían alimento y nosotros tampoco. El maíz es un ingrediente para todo: sin maíz no tendríamos tortillas, tamales, tlayudas o pozole y entonces México no estaría completo.

Es más, México sin la “M” del maíz sería solo “éxico” y eso no tiene sentido.

Si tú también quieres descubrir la historia de Nisa y sus amigos, pide tu ejemplar de Anoche soñamos con Teocintle en tu próxima visita al MIO.


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